Los Jjjjj-prffff-Grins son un pueblo amable y pacífico que vive en los bosques de la lejana tierra de Grainxzurricreqt. Por lo general, los Jjjjj-prffff-Grins son muy tranquilos y silenciosos. No suelen interactuar demasiado con ningún animal del bosque, excepto con los osos, con los que han mantenido una amistad puramente pragmática durante miles de años.
Jjjjj-prffff-Grins son muy bajitos. Tienen la altura de un balón de fútbol. Esta comparación no le agradaría demasiado a un Jjjjj-prffff-Grin, ya que, aunque no saben lo que es el fútbol ni ningún otro deporte, su naturaleza es anti-deportiva. Para un Jjjjj-prffff-Grin, el esfuerzo físico es muy perjudicial, incluso correr. Por eso tienen que apañárselas de formas poco usuales para librarse de sus enemigos: los mapaches.
Los Jjjjj-prffff-Grins viven en los troncos de los árboles, pues tienen apariencia de corteza de árbol. Son marrones, tienen unos ojos diminutos, y sus piernas y brazos parecen hechas de palo. Cuando a un oso le pica la espalda, siempre acude a un Jjjjj-prffff-Grin y le acerca su hocico a la cara. Éste se despega de su tronco de árbol, se acerca hasta la espalda del animal, y se frota con él, espalda con espalda. Es una imagen muy simpática que suele darse por los bosques de Grainxzurricreqt con una frecuencia casi diaria.
Los Jjjjj-prffff-Grins tienen que tener mucho cuidado con los mapaches. Éstos son retorcidamente malvados con los Jjjjj-prffff-Grins: les orinan encima siempre que pueden; les mordisquean los brazos y la cara; y a veces hasta los agarran y los arrastran hasta que los tiran por ríos o barrancos. Cuenta la leyenda que en una ocasión un mapache cortejó a una mofeta con el único fin de convencerla para que proyectara sus gases en la cara de un Jjjjj-prffff-Grin. Los mapaches pueden llegar a ser muy retorcidos.
Los Jjjjj-prffff-Grins han desarrollado con los años la capacidad de llorar a su antojo, siempre que quieran. Sus lágrimas son parte de su mecanismo de camuflaje, ya que lloran savia. Cuando quieren ocultarse de algún mapache hostil que se acerca, se despegan de su tronco de árbol, lloran un poco, y usan sus lágrimas como pegamento para adherir hojas caídas y trozos de corteza de árbol al tronco en el que habitan. Así tapan el hueco que dejan al apartarse del árbol, y los mapaches creen que ahí sigue un Jjjjj-prffff-Grin.
Si un humano escuchase hablar a alguna vez a un Jjjjj-prffff-Grin (cosa que jamás ha sucedido), probablemente pensaría que el suyo es un idioma monótono. ¡Nada más lejos de la realidad! El idioma de estos seres es muy, muy rico en matices. Pero claro, la variedad en su lengua viene del tono, la musicalidad y la intención que se le dé a cada sílaba, pues las palabras en sí poco importan en su lenga. Los Jjjjj-prffff-Grins hablan el Jjjjj-prffff, idioma que tan sólo se habla en Grainxzurricreqt, y que cuenta con numerosos dialectos.
Además, todos los Jjjjj-prffff-Grins tienen nombres con sonidos como "j" y "prf", combinados de mil formas distintas, jugando con tonalidades y otras variantes. Cuando nace un Jjjjj-prffff-Grin, se le lleva ante el pRfjjjjjj-GRIN, una especie de sacerdote, que otorga al recién llegado un nombre basado en su aspecto. Todos los nombres significan algo relacionado con el entorno que les rodea. Por ejemplo, está el joven JPrrrrrf, cuyo nombre significa "Gorrión de pies de palo", o la anciana JjjJ-PrffprFFF, que podría traducirse como "Cadáver de mapache". Algunos Jjjjj-prffff-Grins nacen siendo ya viejos.
Cada día, todos los Jjjjj-prffff-Grins (unos sesenta) se reúnen alrededor de un árbol enorme, con un tronco robusto y muy ancho. En su tronco caben todos, y cada tarde, antes del anochecer, se pegan al tronco y se cuentan qué tal ha ido el día. Después, van hasta un claro del bosque, y se van turnando para hacer comedia: algunos cuentas chistes; otros cuentos jocosos. Algunos incluso llevan a cabo pequeñas obras de teatro. Todo en clave de comedia, y cada espectáculo es diferente. Pero no siempre ha sido así.
Cuando comenzaron con este hábito (que ya se ha convertido en tradición), hace muchos, muchos años, les gustaba hacer comedia sobre las cosas que les pasaban en el día a día. Solían comentar sus observaciones con la fórmula "¿Os habéis dado cuenta...?", o "¿Os habéis fijado en que...?". Algunos de los habitantes de Grainxzurricreqt llegaron a ser muy populares entre sus gentes, como por ejemplo JjjJ-pRf. JjjJ-pRf era un Jjjjj-prffff-Grin de mediana edad, de ojos pardos y tez castaña, que arrasaba entre las féminas. Su rutina sobre las diferencias entre el trato recibido por los osos y el recibido por los mapaches causaba furor entre los Jjjjj-prffff-Grinenses.
Pasaron varios años, en los que este tipo de comedia se destiló cada noche entre los Jjjjj-prffff-Grins. Aparecieron numerosos discípulos de JjjJ-pRf, que contaban con vis cómica la leyenda del mapache que cortejó a una mofeta sólo para perjudicar a los Jjjjj-prffff-Grins; o las vicisitudes de los Jjjjj-prffff-Grins en edad adulta a los que les habían sido otorgados por el sacerdote nombres que sonaban ridículos.
Hasta que, un buen día, irrumpió en su pequeña escena (y pequeño escenario) un Jjjjj-prffff-Grin algo extraño que revolucionó su comedia para siempre. Se llamaba Prf-j-prF, y era un anciano que estaba cansado de escuchar historias de osos y mapaches, así que decidió ofrecer una alternativa. Se podría decir que Prf-j-prF era el Chiquito de la Calzada de los Jjjjj-prffff-Grins. Era anciano y enclenque, y se subía al escenario ataviado con una especie de poncho de colores que había tejido el mismo. Además, actuaba haciendo gestos raros, y diciendo mucho "Prf-Grin!, Prf-Grin!", que es un gritito que él mismo se inventó durante su primeraa actuación, y que siguió usando mientras fue parte de la escena. "Prf-Grin!" no significaba nada, pero era muy gracioso oírle decirlo mientras contaba sus chistes.
Pero la historia de Prf-j-prF es complicada, y es mejor contarla en otro capítulo.