martes, 28 de mayo de 2013

Los McClane de McClane (1/4)

*Contiene spoilers*

(lo que comenzó como un análisis de la actual situación jungladecristalera derivó en un pitch para “Die Hard 6”. ESPEREMOS QUE NO SEA DEMASIADO TARDE, aunque los rumores de que la última entrega ever ya tiene guionista oficial están ya rulando por la red de redes)

Vale, sí, la última de “Jungla de cristal” ha sido una castaña. UN CASTAÑAZO. Pero la vida sigue. De todos modos, después de “Live Free or Die Hard” (infamemente llamada “La jungla 4.0” por estas tierras), lo inteligente era no tener las expectativas muy altas con respecto al siguiente instalment de nuestra amada franquicia.

Y la noticia ha sido confirmada por el propio Willis: habrá sexta parte. ¿Es pasarse? Yo diría que sí. Con las tres primeras, la saga estaba más que bien. No era necesario continuar. Pero, ya que van a hacerlo, joder... ¡hay que asegurarse de que la historia mola!

Creo que es imperativo aceptar un dato: el estilo de la trilogía original se fue al garete. El director de la primera y la tercera (las que son “las buenas”, a mi parecer y al de la mayoría de los críticos y fans de las aventuras del poli de Nueva York), John McTiernan, se encuentra preso por unas escuchas ilegales en las que se vio envuelto hace unos años. Las últimas dos entregas estaban realizadas con un estilo bastante alejado del original, con pretensiones semi-ambiciosas a nivel de guión, pero con pobres resultados en general. Hay que hacer algo. Los que amamos “Die Hard” y “Die Hard: With a Vengeance” no podemos quedarnos de brazos cruzados. Somos los McClane de McClane. Nos vemos envueltos en una situación que no elegimos, pero de la que no podemos escapar. Quizá porque NO QUEREMOS escapar. Queremos hacer algo al respecto.

El guión tiene que ser bueno. Y PUNTO. Si a Willis no le preocupa, a nosotros sí. Hay que ir a por ese mercenario. ¿Que si queremos más a McClane que a Willis? La duda ofende. Pero, por suerte o por desgracia, no puedes tener al personaje sin la persona. Mini-punto para Bruce. Aún así, me he propuesto escribir una línea argumental (escribiría el guión entero, pero estoy muy liado y, total, no soy nadie. Y no creo que Bruce lea guiones de un “no soy nadie”) digna de la saga. Joder, Y QUE LLEGUE A BRUCE. Vale, me estoy contradiciendo. Lo que he escrito entre paréntesis choca irremediablemente con lo que he escrito en mayúsculas. Pero, eh, si no me puedo contradecir, ¿qué hago? ¿Me salgo de la raza humana, o qué?

Continuará...

1 comentario:

  1. El problema de Die Hard es que se ha visto afectado por el efecto "bola de dragón". Es decir, en cada episodio los efectos han de ser más espectaculares, y la trama apuntar a poderes más altos.
    Para mí ése es el error más grande que se ha podido cometer. Los fans incondicionales de Die Hard, los que llevamos diciendo a nuestros amigos "yippee ki yay" desde que vimos la primera entrega, no necesitamos de esa bola de nieve.

    Yo, a McLane, en lugar de tramas políticas que involucran hasta golpes de estado, le veo más en situaciones modestas en las que ensuciar con más eficacia la camiseta.
    El problema creo que es que quieren enganchar a los chavales de ahora, que necesitan de más explosiones y tetas de las que teníamos los chavales de los ochenta.

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